Y… Seguimos sintiendo.
Dentro de las prácticas clásicas de sentir, encontramos una parte muy interesante en la tradición del yoga que es el Nidra Yoga. Tiene muchas cosas interesantes está práctica que hoy podemos explicar en cierta medida desde la neurociencia.
Nos vamos a quedar en esta ocasión sólo con la primera parte de dicha práctica, la rotación de consciencia, que consiste como en el primer audio que os escribí, en ir “rotando” la consciencia, es decir, la atención, de una parte a otra del cuerpo.
Sin embargo voy aquí a beneficiarme de conocimientos que tenemos tanto de neurociencia como de psicología.
Sabemos que cuanto más integrado es el funcionamiento del cerebro, mejor nos sentimos. Esa integración es parte de lo que se llama flexibilidad psicológica y consiste en realidad en que las diferentes partes del cerebro tengan buenas conexiones entre sí. La mayor parte de los “malestares” mentales tienen como correlato déficit en la conexión entre ciertas partes del cerebro, y exceso en otras, así que debemos buscar la integración, y curiosamente es algo físico con un efecto en la mente. Lo que hace tu mente es el modo de cambiar el cableado del cerebro.
De cara a esta comunicación y especialmente a la comunicación entre ambos hemisferios (que desarrollan funciones diferentes), es muy interesante generar la activación alterna de cada uno de los hemisferios. Esto lo podemos hacer sintiendo un lado del cuerpo y luego el otro, ya que la mano derecha la siente el hemisferio izquierdo y la izquierda el derecho. Por lo tanto si vamos saltando la atención de una mano a otra, vamos activando de modo alterno un hemisferio y el otro, y vamos de algún modo mejorando la conectividad entre ellos. Esto se usa en el pranayama de yoga y se considera un ejercicio regulador del estado de la mente y del sistema nervioso, y se usa también en una técnica psicológica de tratamiento del Trauma llamada EMDR, donde a través de estimular de modos alternos un hemisferio y el otro, se mejora enormemente la gestión emocional y pueden cambiar el cómo se viven recuerdos traumáticos… ¿interesante no? De hecho se llega a considerar que la fase de movimientos rápidos oculares del sueño (el cual es lo primero que se empezó a usar en EMDR antes de usar toquecitos en un muslo y en el otro), está implicado de algún modo en la limpieza o gestión emocional del cerebro.
Por otro lado, tras sentir zona derecha y zona izquierda, trataremos de sentirlas simultáneamente. Esto es algo que hace el hemisferio derecho, y además esta capacidad del hemisferio derecho de poder generar imágenes completas de las cosas (del propio cuerpo, o de conceptos opuestos, o de la propia vida), es una cualidad y capacidad de este hemisferio que debemos desarrollar y potenciar para nuestro bienestar mental (ya explicaremos mucho sobre esto), así que con este ejercicio tan sencillo empezamos.
Si quieres directamente ir al ejercicio, en el audio ve al 6’12’’ y allí lo tienes.
Insisto… estamos en los “basics” necesitamos todo esto para poder saber luego dónde nos encontramos en nuestro sistema nervioso autónomo (huida, ataque, congelación), y saber más adelante qué emoción sientes (¿cuantas emociones crees que hay? ¿y cuantas eres capaz de sentir o reconocer habitualmente? ¿no sería mejor tener una paleta más rica de emociones?), así como para ir averiguando… ¿Qué es lo que no quieres sentir? ¿Qué es lo que evitas y que dirige y limita tu vida?
Estamos iniciando un apasionante viaje.
Integración interhemisférica a través de la rotación de consciencia del Nidra Yoga